
El juegos básico en el desarrollo es importante durante toda la vida
EL JUEGO BÁSICO EN EL DESARROLLO E IMPORTANTE DURANTE TODA LA VIDA
El juego es una de las conductas naturales en el ser humano para el desarrollo, es difícil definir el juego, aunque cuando lo observamos en niños, nos es fácil diferenciar si la actividad que realizan lo es o no.
Dentro de la Intervención psicológica, cuando se hace con niños, debemos de tener muy presente el desarrollo de cada uno de ellos y así facilitar formas de intervención adecuadas a las características personales. Por ello, una de las formas utilizadas es a través del juego, que facilita una forma de procesar y trabajar la información única, para poder elaborar y aprender a hacer frente a las situaciones que ocurren en su vida; fomentando un espacio de seguridad y confianza. Para ello se utilizan diferentes técnicas como son la expresión simbólica, la teatralización, la expresión corporal, la narrativa creativa, el dibujo…
Piaget realizó una definición del juego de forma cronológica, lo que denominaremos estadios evolutivos donde predomina una forma determinada de juego.
- Estadio sensoriomotor, entre los 0 y los 2 años; donde predomina el juego funcional o de ejercicio.
- Estadio Preoperacional, entre los 2 y los 6 años, predomina el juego simbólico.
- Estadio de las operaciones concretas, entre los 6 y los 12 años, predominando el juego de reglas.
El juego funcional o de ejercicio, consistentes en la repetición de una acción por el puro placer de obtener un resultado inmediato; a través del propio cuerpo (movimientos), con objetos (manipulación y exploración) o con personas (favoreciendo la interacción social). A través de ellos consigue el niño un desarrollo sensorial, la coordinación de movimientos y desplazamientos, equilibrio, relación causa-efecto.
El primer mes de vida está caracterizado por los reflejos involuntarios y automáticos, haciéndose cada vez más complejos y dirigidos (como cuando hay un ruido súbito, al principio para su acción y luego mueve la cabeza hacia donde se inició). Este periodo predomina la activación sensorial a través de estímulos sonoros y visuales. Entre los 2 y los 4 meses se dan la reacción circular primaria, que consiste en la realización de una conducta efectuada sobre su propio cuerpo, originariamente al azar y sin propósito, que produce placer y motiva a repetirla consiguiendo el mismo efecto.
A los cuatro meses aparece la reacción circular secundaria, consistente en el descubrimiento de conductas que le interesan realizar sobre el entorno físico y social; apareciendo la manipulación de objetos. El adulto comienza a interaccionar con el niño de forma más activa, ofreciéndole objetos, o realizando juegos básicos de interacción social. En este momento se acciona el procedimiento para prolongar un espectáculo interesante, si estamos ofreciendo mimos a un bebe, este puedo realizar conductas para que sigan si el adulto los ha parado, comenzando de nuevo el ofrecimiento de mimos por parte del adulto.
Sobre los 8 meses, la atención del bebe hacia lo que ocurre a su alrededor está acentuada, comenzando a perseguir un fin en sus conductas, relacionadas con objetos. Encontrar un objeto escondido, usar una forma de locomoción para alcanzar un objeto, ofrecer un objeto a un adulto para que lo ponga en marcha, utilizar un objeto como contenedor de otro o dejar caer o tirar un objeto. En este momento coincide el aumento de las posibilidades de locomoción, arrastrarse, gateo y comienzo de andar.
A partir de los 12 meses, las acciones van pasando de un proceso más sensorial a otro más instrumental, pudiendo utilizar objetos para alcanzar otro o ser ellos mismos los que activen los juguetes. Además comienza a imitar gestos de forma más coordinada, llegando en los últimos meses de este periodo a ser capaz de representar mentalmente los efectos de sus acciones; llegando a realizar acciones imitativas en ausencia de un modelo; esto abre las puertas al siguiente periodo caracterizado por el juego simbólico.
El Juego Simbólico, tiene un beneficio al asimilar el mundo circundante aprendiendo y practicando roles establecidos socialmente, y el desarrollo del lenguaje, favoreciendo la imaginación y creatividad.
Este periodo comienza con la posibilidad de que el niño realice las acciones con objetos de la vida diaria fuera del contexto real (hacer como si bebe de un vaso vacío). Pasando posteriormente a realizar las acciones con un agente pasivo, sumando actores y juguetes, llegando a secuenciar de acciones o esquemas de acciones, en un principio pueden resultar ilógicos (peinar muñeca, dormir y luego volver a peinar) pasando poco a poco a secuencias cada vez más lógicas y complejas; relacionado con la capacidad de atribuir sentimientos. Sobre los 3 años, es capaz de utilizar objetos representando otros (un palo puede ser una cuchara). Desde los 4 años son capaces de planificar el juego, y el nivel de colaboración viene a ser más alto y duradero, donde cualquiera puede realizar un rol o papel que precisa de un lenguaje unas actitudes que lo definen.
Durante el periodo del juego simbólico, el niño comienza jugando solo o de forma individual, frecuente antes de los dos años, pasando al juego en paralelo, un tipo de juego individual, aunque parezca que juegan juntos, facilitando la observación entre ellos facilitando la imitación o modificación de sus propias acciones. A partir de los cuatro años, aparece el juego compartido, organizándose juntos lo que da opción a que compartan la información que tienen del mundo real, y propicia la creación de juegos simbólicos aceptados por los diferentes jugadores, definiendo las propias reglas del juego, propiciando la aparición del siguiente estadio.
El juego de reglas, que aunque ya aparece, como se expone anteriormente antes del estadio de operaciones concretas, es aquí donde comienzan a organizarse para alcanzar una meta teniendo en cuenta las acciones de los demás, tratando de facilitarlas, dificultarlas o impedirlas, según el objetivo del juego. Para ello debe de haber una conciencia de regla, que se mantiene y es expuesta de forma explícita.
Los adolescentes tienen un repertorio de juegos mucho más amplio, ya que los estadios son sumatorios, y cada etapa anterior facilita la complejidad y posibilidades del siguiente. Una acción lúdica, voluntaria y que produce placer en sí mismo, esto es el juego. Desde la Psicología, se ha estudiado la importancia de estos juegos en el desarrollo, pero también se entiende importante la realización de juegos en edades más avanzadas, por el poder social que tienen. Además puede ser una buena forma de mantener los niveles cognitivos adecuados, por ello son tan utilizados en edades avanzadas o dificultades neurodegenerativas.
En el siguiente enlace podéis ver la entrevista que nos hicieron hace unos días en El Diario de León sobre el juego y su importancia en el desarrollo.
https://www.diariodeleon.es/noticias/sociedad/juego-es-bueno-siempre_1348802.html
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Mindfullness y desarrollo
Se atribuye al británico Rhys Davids el primer uso de la palabra Mindfulness para traducir al inglés la palabra sati, de la lengua pali, traducida al español como la recta atención (Segovia, 2017). El objetivo de las prácticas que se realizan consiste en el mantenimiento de la atención en el objeto escogido, que pueden ser relacionados con el cuerpo, la mente, los sentimientos, pensamientos u otros fenómenos.
Atención y consciencia van de la mano, lo que provoca el darnos cuenta de aquello que ocurre, ya sea en nuestro mundo interno o externo. Los sentidos exterioceptivos (vista, oído, tacto, olfato y gusto) nos permiten acceder a la información de la realidad externa. Mediante la intercepción (Información del interior del cuerpo), la propiocepción (posición de los músculos) y la función corolaria (consciencia de que soy yo quien realiza las cosas); nos acerca a nuestro mundo interno. Ya William James, expresaba la importancia de la atención en sus Principios de Psicología (1989) “Mi experiencia es aquello a lo que acepto prestar atención”.
El entrenamiento en Atención Plena o Mindfulness tiene una influencia en el funcionamiento cerebral ya que favorece la activación de una red neuronal que se activa cuando se produce una atención focalizada voluntariamente denominada fronto-parietal de control (Vinvcent, Kahn, Snyder, Raichle, & Buckner, 2008) la cual está formada por: el cortex prefrontal dorsolateral, el cortex cingulado anterior, el lóbulo parietal inferior y la ínsula anterior (Segovia, 2017), en contraposición a la red denominada “por defecto” (Riachle et al., 2001) que se activa cuando la atención no está dirigida a una tarea, produciendo una divagación de pensamientos e imágenes espontaneas que ya W. James (1889) denominó la corriente de la conciencia y que en el argot de la meditación se denomina “mente del mono”.
John Kabat-Zinn, comenzó aplicando un programa de Reducción del Estrés basado en Minsfulness (MBSR) (Kabat-Zinn, Massion, Kristeller & Peterson, 1999), demostrando su utilidad en casos de ataques de pánico, dolor crónico y ansiedad; dando paso a un empleo en diferentes contextos clínicos y terapéuticos Obteniendo una reducción sintomatológica en muchas de las patologías psiquiátricas. Este programa ha dado lugar a diferentes adaptaciones más específicas como la desarrollada por Williams, Teasdale y Segal que denominaros la Terapia Cognitiva Basada en Mindfulness (MBTC) (Teasdale et al. 2000; Williams, 2002).
Después de décadas de investigación, se han demostrado muchos beneficios en las personas adultos, así como se han desarrollado programas en población infantil y juvenil. La infancia es una etapa crucial para el desarrollo vital del ser humano, relacionado con la creación de una base saludable, ofreciendo una oportunidad única para crecer en diferentes áreas y fomentar la calidad de vida.
La mayor potencia de la intervención a través de Mindfulness radica en la mejora del área emocional facilitando: la percepción, asimilación, comprensión y regulación; desarrollando competencias de autogestión, mejorando el ajuste psicológico y bienestar personal y social.
Existen evidencias científicas preliminares que sugieren que este tipo de programas tienen efectos beneficiosos en población con diferentes dificultades en atención (TDAH) y problemas de conducta. Específicamente en aquellos casos diagnosticados de TDAH se observan efectos positivos en síntomas nucleares y en las funciones ejecutivas.. Ya que se han demostrado el aumento de la percepción de nuestras experiencias, permitiendo la conexión y la consciencia de nuestros: Pensamientos, Emociones y Sensaciones corporales. Posibilita la capacidad de autogestión y autorregulación; promoviendo la capacidad de elegir ACCIONES O COMPORTAMIENTOS más adaptativos.
Algunos de los beneficios son:
- Mejora la capacidad para mantener la atención y concentración.
- Disminuye la impulsividad.
- Aumento de la tolerancia a la frustración.
- Ayuda a calmarse y relajarse.
- Favorece la regulación emocional.
- Reduce el estrés y el malestar psicológico.
- Promueve la introspección y facilita el autoconocimiento.
- Mejora las relaciones interpersonales.
- Mejora la calidad de vida.
En nuestro centro, tenemos experiencia en la aplicación de programas, ya sea como complementarios a un proceso terapéutico individual o familiar, así como intervenciones específicas a través de Minsfulness de forma individual o grupal. Específicamente, se han realizado programas para niños/as diagnosticados de TDAH, realizando una investigación, con la cual seguimos promoviendo, a través de la Universidad de León y los Equipo Infantojuvenil de la Seguridad Social; así como colaboraciones con otras asociaciones y organismos.

Bibliografía:
Riachle, M. E., MacLeod, A. M., Anyder, A. Z., Powers, W. J., Gusnard, D.A. & Schulman, G. L. (2001). A default mode of brain function”. Proc Natl Acad Sci USA, 98 (2), 676-82.
Segovia, S. (2017). Mindfulness: Un camino de desarrollo personal. Biblioteca de Psicología Declée De Brower. Bilbao. España.
James, W. (1889). Principios de Psicología. Mexico: Fondo de cultura Económica.
Kabat-Zinn, J., Massion, A.O., Kristeller, J. & Peterson, L. G. (1999). Effectiveness of a mediation-based stress reduction program in the treatment of anexiety disorden. American Journal o Psychiatry, 149 (7), 936-943.
Vinvcent, J.L., Kahn, I., Snyder, A.Z., Raichle, M.E. & Buckner, R. L. (2008). Evidence for a Frontoparietal Control System Reveled by Instrinsic Funtional Connectivity. Journal of Neurophysiology, 100 (6), 3328-3342.
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